Memoria
Tomado de Prensa Rural
Por Equipo Jurídico Pueblos
10 junio 2018

En un pueblo del Magdalena Medio controlado por los paramilitares vivió Alida Teresa. Era feliz a pesar del encarcelamiento de su padre (quien fue preso político) y las amenazas contra su familia.
Hoy, hace trece años, Alida Teresa –la niña de cabello ondulado y ojos marrones- fue alcanzada por la crueldad del paramilitarismo promovido desde la V Brigada del Ejército Nacional y un sector de la clase política santandereana. Le arrebataron su niñez, ultrajaron su cuerpo y extinguieron su luz. Nadie pudo evitar que su vida fuera el desagravio de alguien más.
El 9 de junio de 2005 Alida fue desaparecida, torturada y asesinada por criminales que contaron con la protección de miembros de la Policía Nacional de Zapatoca, Santander. Arrancaron la inocencia y sembraron el dolor en todos aquellos que la amaron, que nos contaron su historia, que nos hace recordarla. Tras 12 horas de angustia, el cuerpo sin vida, con signos de tortura y extrema violencia, fue hallado en una cañada.
Son 13 años de impunidad. Algunos autores materiales fueron condenados, otros aceptaron cargos para desviar la investigación, mientras que los altos responsables, incluyendo al comandante de policía nunca han sido vinculados.
Farid, su padre, murió sin obtener verdad y justicia; su madre, es una mujer valiente que no ha descansado un solo segundo por evitar que este horrendo crimen permanezca en la impunidad.
Lo ocurrido con Alida no guarda relación con el conflicto, forma parte de la política de terror diseñada por las élites colombianas con el objetivo de destruir la identidad de los pueblos que resisten a la injusticia. Hoy Zapatoca es mostrada como remanso de paz y ejemplo de “emprendimiento” turístico, pero oculta los miles de asesinatos y desplazamientos que ocurrieron contra comunidades campesinas.
Alida, no la vamos a olvidar, no podemos hacerlo, clamamos justicia.
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