Memoria
Tomado de Sin Olvido
Ana Fabricia Córdoba lideresa del Urabá, miembro del Movimiento de Mujeres de Negro Contra la Guerra de la Ruta Pacífica de las Mujeres en Colombia, organización que se pronuncia ante las situaciones de violencia que afrontan niñas jóvenes y mujeres, en el marco del conflicto armado. Debido a su activismo y compromiso con la comunidad, desde los 51 años de edad, Ana, empezó a sufrir los atropellos cometidos por paramilitares en contra de su familia y tras la muerte de su primer esposo se vio obligada a huir del Urabá Antioqueño y a refugiarse en la ciudad de Medellín en el barrio La Cruz.
Desde el año 2002 se intensifico la estrategia paramilitar en los barrios de Medellín especialmente en La Cruz y La Honda y Ana Fabricia valientemente denunció los abusos cometidos por parte de la Policía de la Estación de San Blas (Manrique), quienes torturaban y le de daban tratos crueles a los jóvenes del barrio entre ellos sus propios hijos.
Sus denuncias también ponían al descubierto la connivencia de la fuerza pública con grupos paramilitares siendo clara en señalar a miembros de la Policía pertenecientes dicha estación, de apoyar la estructura paramilitar en la zona.
Dos años después, fue acusada de ser colaboradora de la guerrilla de las FARC, por lo que estuvo dos meses en la cárcel del Buen Pastor y un tiempo después su hijo Carlos Mario Ospina fue asesinado; Ana Frabricia responsabilizó a la Policía del barrio La Cruz debido a las persecuciones y malos tratos de los que sus hijos habían sido victimas. Seguido de esto, recibió reiteradas acciones de allanamiento sin orden judicial e intimidaciones acusándola nuevamente de ser colaboradora de las FARC.
La persecución nunca cesó y el 7 de julio de 2010 su hijo Jonatan Arley Ospina de 19 años de edad fue asesinado. A partir de este trágico hecho Ana Fabricia denunció con más insistencia la culpabilidad de la policía, que provocó múltiples amenazas contra su vida y su familia. La Policía Metropolita del Valle del Ubarrá le propuso la práctica de un análisis de riesgo, pero la lideresa la negó debido a que sus denuncias eran contra esta entidad del Estado.
En Abril de 2011 denunció públicamente la situación de riesgo, las amenazas y hostigamientos durante la sesión del Comité Metropolitano de Derechos Humanos y aun así, el 7 de Junio de 2011 fue asesinada, un hombre le disparó en su cabeza mientras se movilizaba en un bus público de la ruta Santa Cruz.
El caso fue asignado a la Fiscalía número 37 de derechos humanos de Medellín, pero la Fiscal asignada se ha encargado de frenar el proceso para que lo abogados de las victimas no conozcan ni hagan seguimiento al caso en la fiscalía.
El Asesinato de Ana Fabricia evidencia la constante persecución contra los y las líderes comunitarias que trabajan en las diferentes regiones del país y pese a todas las denuncias es clara la negligencia y omisión de parte de las autoridades que no le garantizaron la vida.
De 2010 a la fecha han ocurrido más de 206 agresiones individuales contra defensores y defensoras de derechos humanos, de los cuales más de 34 han sido asesinatos, 127 organizaciones sociales o de derechos humanos fueron víctimas de algún tipo de agresión que puso en riesgo la vida e integridad de sus miembros, la omisión, ineficacia, negligencia se constituyen en elementos de impunidad que obstaculizan la labor legítima y legal de defensa de los derechos humanos.
Seguimos esperando a que el Estado Colombiano brinde garantías reales a los líderes comunitarios, defensores de derechos humanos y víctimas del conflicto armado en Colombia.
Ana Fabricia Córdoba, en la Memoria
Ana Fabricia Córdoba, Sin Olvido
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